Dos técnicas literarias para mejorar tus descripciones de lugares
Sigue estas estrategias y conseguirás que el lector sienta que lo has
trasladado físicamente al espacio donde se desarrolla tu historia
Hay autores que consiguen trasladarte por completo a los escenarios que describen en sus historias. Recuerdo haber tenido esta sensación, por primera vez, con El perfume, de Patrick Süskind.
Sus primeros párrafos te sitúan en el lugar más apestoso y putrefacto de todo el planeta, el sitio exacto donde nace el protagonista.
Al cabo de unas cuantas líneas ya no estás leyendo, estás literalmente oliendo el escenario que Süskind ha construido para ti con palabras:
(…) Y dentro de París había un lugar donde el hedor se convertía en infernal, entre la Rue aux Fers y la Rue de la Ferronnerie, o sea, el Cimetière des Innocents. Durante ochocientos años se había llevado allí a los muertos del hospital Hôtel-Dieu y de las parroquias vecinas; durante ochocientos años, carretas con docenas de cadáveres habían vaciado su carga día tras día en largas fosas y durante ochocientos años se habían ido acumulando los huesos en osarios y sepulturas. Hasta que llegó un día, en vísperas de la Revolución Francesa, cuando algunas fosas rebosantes de cadáveres se hundieron y el olor pútrido del atestado cementerio incitó a los habitantes no sólo a protestar, sino a organizar verdaderos tumultos, en que fue por fin cerrado y abandonado despues de amontonar los millones de esqueletos y calaveras en las catacumbas de Montmarttre. Una vez hecho esto, en el lugar del antiguo cementerio se erigió un mercado de víveres.
Fue aquí, en el lugar más maloliente de todo el reino, donde nació el 17 de julio de 1738 Jean-Batiste Grenouille. Era uno de los días más calurosos del año. El calor se abatía como plomo derretido sobre el cementerio y se extendía hacia las calles adyacentes como un vaho putrefacto que olía a una mezcla de melones podridos y cuerno quemado. Cuando se iniciaron los dolores del parto, la madre de Grenouille se encontraba en un puesto de pescado de la Rue aux Fers escamando albures que había destripado previamente. (…)
Es escalofriante, ¿verdad? Pues tú también puedes conseguir este efecto en tus textos. Con las técnicas adecuadas, puedes trasladar al lector a los escenarios de tus historias, hacerle sentir que, efectivamente, está ahí.
Hoy te traigo dos potentes estrategias literarias que Süskind utiliza en el inicio de su novela El Perfume, y te cuento cómo aplicarlas tú en tus propias historias.
1.Usa palabras sensoriales
Primero, cuéntame qué es lo que percibo si estoy en ese lugar: ¿hace frío o calor? ¿hay luz? ¿qué siento? No te compliques en este punto, elige una o dos sensaciones predominantes y céntrate en ellas. Utiliza tantas palabras sensoriales como se te ocurran. Puedes hacerte una lista antes y después ir eligiéndo de ahí.
Después, cuando tengas el texto escrito, cambia todas las palabras que puedas por otras que sean sinónimas pero evoquen mejor el ambiente, la sensación que quieres generar.
Por ejemplo, Süskind podría haber escrito: había un lugar donde el hedor se convertía en insoportable, y el significado de la frase sería el mismo. Pero en lugar del adjetivo insoportable, elige otro: infernal. Y de este modo, además de entender lo que quiere decir, sentimos el calor de las llamas del infierno.
2.Sigue una dirección espacial
En términos cinematográficos, las primeras páginas de El Perfume te llevan de una panorámica de las apestosas ciudades del siglo XVIII a un plano detalle del nacimiento de Jean-Batiste en un puesto de pescado. Su descripción sigue una dirección, se mueve dentro del espacio, va de lejos a cerca.
Si tú también mueves al lector dentro del espacio que has creado, tendrá una percepción más tridimensional del lugar, sentirá que se está moviendo dentro de él.
Puedes crear un recorrido lineal de un punto a otro, una dirección de dentro hacia afuera, una caída en picado de arriba abajo… lo que mejor se adapte a tu historia.
¿Qué me dices? ¿Te animas a experimentar una semana más conmigo? Esta es mi propuesta para ti:
Piensa en un espacio y asócialo a una sensación. Ahora descríbelo en un párrafo o dos intentado aplicar las dos tácticas que te he dado: palabras sensoriales y dirección espacial.
No te preocupes si tu descripción no te queda perfecta, escríbela en los comentarios y te daré ideas para mejorarla.
NOTA: Las imágenes que acompañan este artículo son fotogramas de la película El Perfume
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