¿Cómo saber si eres una persona creativa?
Realiza este ejercicio rápido y sabrás si has nacido con el don de la imaginación. Garantizado.
Hoy quiero demostrarte que te equivocas. ¿En qué? En tu respuesta a la pregunta que te hago a continuación: ¿Dirías que has nacido con el don de ser una persona imaginativa?
No, no tengo poderes, no sé si vas a responder que sí tienes el don de la imaginación o que no lo tienes. No sé si en tu casa te han dicho siempre que tienes una creatividad envidiable o si toda la vida has pensado que lo tuyo no es la fantasía.
Lo que sí sé es que, hayas dicho que sí o que no, has caído en mi pequeña trampa intelectual. Porque has aceptado la suposición implícita en mi pregunta: que la imaginación es un don.
No te preocupes, ha sido fácil hacerte caer. Porque este es el concepto de imaginación que todos hemos aprendido: algo así como un rasgo genético que a unos les toca y a otros no. Algo maravilloso, pero prescindible.
Como si se pudiera tener una vida normal -más aburrida, eso sí- careciendo de imaginación. ¡Mentira podrida! Perdona que me exalte, pero es que veo tan claro que no es así que muero de ganas de compartir esta perspectiva contigo.
Quiero erradicar para siempre este prejuicio de tu mente. Porque si dejas de ver la imaginación como una habilidad innata y empiezas a verla como un músculo que todos tenemos, dejarás de lamentarte por no haber nacido más imaginativo y empezarás a trabajar para ejercitar tu fantasía.
Tu creatividad será más fuerte, más atlética, más sana. Y eso te permitirá escribir cada vez mejor, sin agobios, sin esfuerzo, sin dolor.
Vamos a empezar con un ejercicio muy sencillo.
Imagínate un mundo en el que nadie tiene los ojos azules. Sí, así de fácil. Concéntrate durante 30 segundos y piensa cómo sería ese mundo. ¿Ya? Genial. Ahora haz lo mismo pero con los pies pequeños: imagina un mundo sin pies pequeños. Visualízalo en tu mente durante unos segundos más.
Estupendo, ya lo has conseguido. Eres perfectamente capaz de pensar en un universo habitado en exclusiva por seres de ojos verdes y pies enormes. ¿Por qué? Porque son cualidades completamente prescindibles, secundarias. Por lo tanto, si la imaginación también lo fuera, tendría que resultarte igual de fácil concebir en tu cabeza un mundo sin imaginación.
Bien, vamos a intentarlo. Concéntrate por tercera y última vez. ¿Cómo crees que sería el mundo si nadie en él tuviera imaginación? Cierra los ojos para verlo en tu mente. Aguanta un poco, venga, 30 segunditos.
¿Listo? Cuéntame, ¿qué ha ocurrido? ¿te has quedado en blanco? ¿a que no? Seguramente has pensado en un mundo bastante gris. Hombres y mujeres iguales con la mirada perdida y la cabeza baja, dirigiéndose de forma ordenada de un lugar a otro, a cada cual más serio… ¿sí? Pues como si has pensado en marcianos fosforitos o te has visto a ti mismo mil veces en espejos opuestos.
Da igual. El caso es que lo has hecho gracias a tu imaginación. La imaginación es una herramienta básica del pensamiento.
Sin imaginación, la vida no sería más triste, sería ininteligible. No podríamos comprender nada del mundo si no fuéramos capaces de crear en nuestra cabeza imágenes nuevas de cosas que no hubiéramos visto, sentido o tocado antes.
En palabras del maestro de la fantasía Gianni Rodari, “hasta para entender cómo funciona un grifo hace falta imaginación”.
Ahora lo ves claro ¿verdad? Me alegro, porque acabas de quitarte de encima una losa tremenda. Tu capacidad creativa no es un don que te tocó al nacer. Es un músculo. Trabájalo y se hará más fuerte. Ejercítalo y dejará de dolerte cuando lo pongas a prueba.
Y ahora que ya te has liberado ¿qué tal si empiezas a trabajar? En mi página de recursos de escritura creativa encontrarás varios ejercicios que puedes descargar gratuitamente. ¡Dale duro!
Chus
Posted at 10:36h, 11 julioYo he imaginado un mundo de ojos marrones.
Sara Suberviola
Posted at 18:27h, 11 julioSí, la verdad es que es más común que verdes 😉 Me alegro de haber activado tu imaginación, ¡muchas gracias por compartirlo!