La que te insiste en que hagas algo más práctico.
La que te dice, incluso sin palabras, que te estás flipando si pretendes parecerte a Gloria Fuertes.
La que deduce que, si tuvieras talento, ya habrías escrito algo decente.
Ninguna de esas voces, provengan de fuera o dentro de tu cabeza, querrá que asistas a este webinar.
Porque tu mera asistencia ya significa darle espacio a la escritura en tu vida.
Y, claro, en una vida llena de escritura, como en una vida llena de amor, no caben otras cosas.
Como las justificaciones prácticas.
O la aprobación de otros.
O la absurda pregunta sobre si tienes o no talento para escribir.
Llevo en el oficio de la escritura veinte años, desde que pisé mi primera redacción.
Aunque podría llevar cuarenta años y no ser capaz de ayudar a otros a escribir.
Incluso podría haber escrito mil historias por encargo, en lugar de las doscientas y pico que escribí con mi empresa, y aun así eso no garantizaría que pudiera ayudar a otros a escribir.
Sin embargo, llevo haciéndolo (lo de ayudar a escribir) desde 2017.